miércoles, 23 de octubre de 2019

América Latina y el caribe

Abendaño López Jonathan Javier:
Ayala Toaquiza Kevin Joel;
Quilumba Clavón Erika Cristina;
Sánchez Cando Ariel Marcelo;
Vaca Proaño Franklin Eduardo
E-mails: Amsanchez17@espe.edu.ec; 
Ecquilumba@espe.edu.ec;
Kjayala2@espe.edu.ec;
Jjabendano@espe.edu.ec;
fevaca1@espe.edu.ec
Resumen:
En el presente trabajo se analizará la situación actual de América Latina y el Caribe y sus factores de crecimiento económico y desarrollo social, ya que como sabemos gran parte de los países que conformamos América Latina y el Caribe no hemos podido salir de ser países tercermundistas, claro con sus respectivas excepciones, de igual forma se analizará el impacto que tiene una potencia económica mundial y segundo país con la economía más competitiva del mundo que es Estados Unidos en los países Latinoamericanos y del Caribe, prosiguiendo la investigación se pondrá en contexto la relevancia que tienen las Bases militares norteamericanas en territorio latinoamericano y su repercusión en la economía de los países donde se encuentran ubicadas estratégicamente, como sabemos Estados Unidos al ser una Potencia Mundial y ser un país Capitalista, tiene un sistema político muy diferente al de algunos países latinoamericanos, tomando como referencia Venezuela, que es considerado por grandes historiadores un país claramente definido por la brecha Socialista, existen diferencias entre ambos modelos de gobierno, de igual forma sucede con varios países latinoamericanos y del Caribe que no apoyan la política económica y social de una gran potencial mundial como lo es Estados Unidos.
Palabras clave: Latinoamérica, Estados Unidos, poder, economía, educación


Summary
In this paper we will analyze the current situation of Latin America and the Caribbean and its economic growth and social development factors, since as we know much of the countries that make up Latin America and the Caribbean we have not been able to leave being third world countries, Of course, with their respective exceptions, the impact of a world economic power and second country with the most competitive economy in the world, which is the United States in the Latin American and Caribbean countries, will be analyzed in the same way. that the US military bases have in Latin American territory and their impact on the economy of the countries where they are strategically located, as we know the United States being a World Power and being a Capitalist country, has a very different political system from some Latin American countries , taking as reference Venezuela, which is considered Raised by great historians a country clearly defined by the Socialist gap, there are differences between both models of government, in the same way it happens with several Latin American and Caribbean countries that do not support the economic and social policy of a great world potential such as the United States.
Keywords: Latin America, United States, power, economy, education

Metodologìa:
1.      Enfoque Investigativo
El enfoque investigativo empleado para esta investigación es de carácter cuantitativo ya que se emplean datos económicos para el análisis, y de carácter cualitativo ya que se describen las cualidades de un fenómeno social.

2.      Nivel investigativo
a.      Descriptivo

Consiste fundamentalmente en caracterizar un fenómeno o situación concreta indicando sus rasgos más peculiares o diferenciadores. Es una forma de producir información que puede ser utilizada para todo tipo de trabajos y servicios sociales, o bien, constituir una especie de estímulo para las reflexiones teórico-explicativas que hay que hacer a partir de lo dado, pero sin quedarse en lo dado. (Ander-Egg, 1980, p. 11)
Entonces, el autor define al nivel descriptivo como aquel estudio en donde se “caracteriza” el fenómeno, es decir el objeto de estudio, y seguidamente se indican sus rasgos más peculiares, determinamos que nuestra investigación comparte el nivel exploratorio con el descriptivo, ya que en calidad de investigadores nosotros como autores nos limitamos a dar resultados generalizados sin emitir una apreciación propia de lo que se está estudiando, por ende, únicamente indicamos, lo que por medio del estudio se determina caracterizable con respecto a las variables.

3.      Diseño investigativo

a.      Bibliográfico

La revisión bibliográfica y documental constituye uno de los principales pilares en los que se sustenta la investigación educativa. La elaboración del marco teórico a partir de la revisión documental resulta imprescindible, ya que, fundamentalmente, nos permite delimitar con mayor precisión nuestro objeto de estudio y constatar el estado de la cuestión, evitando así volver a descubrir la rueda, es decir, evitar resolver un problema que ya ha sido resuelto con
anterioridad por otros investigadores.
(S. Gómez & Roquet, 2012, p. 18) 
         El autor define que el diseño de investigación bibliográfica representa una de las principales fuentes de información para basarse dentro de la elaboración del marco teórico, es decir que dentro de este diseño podemos definir y defender qué, y cuáles serán los conceptos que serán desarrollados puesto que esta base teórica es imprescindible para la verificación de lo que nosotros como investigadores estamos defendiendo conceptos basados en verdades.


Introducción:
En el presente artículo se abordará el tema de Latinoamérica y el Caribe, en un contexto social y económico, en el mismo que se abordarán temas que repercuten de manera directa en la sociedad latinoamericana, como lo son el Desarrollo Económico, la influencia de Estados Unidos en Latinoamérica y las Bases Americanas en territorio latinoamericano y el Caribe, ya que como sabemos todas y cada uno de los acontecimientos que ocurran en Latinoamérica y el Caribe influye de manera grande a la población que vive en ella
La región de América Latina y el Caribe, que comprende 46 países, territorios dependientes y departamentos de ultramar, contiene una inmensa variedad de especies de flora y fauna salvajes. En consecuencia, esta región ha sido el centro de numerosos esfuerzos de conservación dirigidos hacia la preservación de especies indígenas. En lo concerniente a la agricultura, la región difiere de las otras en varios aspectos: grandes superficies de tierra están aún inexplotadas; la región posee grandes poblaciones de animales domésticos y finalmente, está caracterizada por una distribución muy desigual de los recursos, con la mayor parte de las tierras agrícolas repartidas en grandes unidades. La mayor parte de los países de la región están fuertemente urbanizados, con un estimado de alrededor del 70% de la población viviendo en las ciudades, muchas en estado de pobreza. En el curso de los próximos decenios se espera un aumento del 50% de la población de las ciudades, en tanto que la población rural tendería a mantenerse estable. (Pérez, 2017, p. 3)

Desarrollo:
1.      Desarrollo económico de América Latina y el caribe.
La realidad está destruyendo en la América Latina, en la cual la división internacional sigue estando de manera doctrinaria después de haber adquirido gran vigor en el siglo XIX. La división internacional del trabajo             es aquella que corresponde al proceso de producción global entre países y regiones, mediante la especialización de la elaboración de determinados bienes. Los países de América Latina se enfrentan a un problema general muy vasto, compuesto por diversos problemas parciales que tienen que trazar un largo camino y sobretodo con la firmeza y la determinación para resolverlos, la industrialización de América Latina no es incompatible con el desarrollo de la eficaz producción primaria; al contrario, la misma contiene una de las condiciones esenciales para que el desarrollo de la industria pueda ir cumpliendo para lo que fue necesaria, las ventajas del progreso técnico se han concentrado en mayor parte en los centros industriales, sin traspasarse a los países que forman la periferia del sistema económico mundial. Por cierto, que el aumento de productividad en los países industriales ha estimulado la demanda de productos primarios y ha constituido así un elemento dinámico importantísimo en el crecimiento de América Latina. Los grandes centros industriales no sólo retienen para sí el fruto de la aplicación de las innovaciones técnicas a su propia economía, sino que están asimismo en posición favorable para captar una parte del que surge en el progreso técnico de la periferia. (Dineno, 2008, p. 2)
Estados Unidos es ahora el centro cíclico principal del mundo, su influencia económica sobre los otros países es manifiesta, y dentro de esa influencia, el ingente desarrollo de la productividad de aquel país ha desempeñado papel importantísimo. Ha afectado intensamente el comercio exterior a través de sus variaciones, el ritmo de crecimiento económico del resto del mundo y la distribución internacional del oro. Los países de América Latina con un fuerte coeficiente de comercio exterior son extremadamente sensibles a esas repercusiones económicas, el aumento de ingresos, provocado por la mayor productividad, se extiende, en más o menos tiempo, a toda la actividad económica, por el conocido proceso que no es del caso recordar. Actividades en las cuales el progreso técnico ha sido insignificante o no ha existido, como ciertos tipos de servicios, han aumentado también sus ingresos, en virtud de este proceso. En algunos grupos sociales, el incremento ha ocurrido con gran lentitud; mientras tanto, el resto de la colectividad disfruta de ventajas que, conforme se fue produciendo el necesario ajuste, tuvo que ir cediendo a aquéllos. Pero los nuevos aumentos de productividad fueron compensando, generalmente con creces, lo que se iba transfiriendo a los grupos rezagados. (Quijano, 2012, p.6)
La industrialización, al aumentar la productividad, hará subir los salarios y encarecerá relativamente el precio de los productos primarios. De este modo, al subir sus ingresos, la producción primaria irá captando en forma gradual aquella parte del fruto del progreso técnico que le hubiera correspondido por la baja de los precios. Como en el caso de aquellos grupos sociales rezagados, es claro que este ajuste significará pérdida de ingreso real en los sectores industriales, pérdida tanto menor, cuanto más pequeño fuere su coeficiente de importaciones; pero; en fin, de cuentas, esa pérdida podría ser generosamente compensada con el fruto de sucesivas innovaciones técnicas. Es tanto más digno de reflexión este punto, cuanto que el mismo progreso técnico de Estados U nidos, tan superior al del resto del mundo, ha tenido por consecuencia otra desviación muy importante de aquellas reglas.
El progreso técnico es uno de los factores que más contribuyen a explicar este fenómeno. Aunque parezca paradoja, la mayor productividad ha contribuido a que aquel país prosiga y acentúe su política proteccionista, después de haber alcanzado la etapa de madurez económica. La explicación es sencilla. El progreso técnico, en una época determinada, no obra por igual en todas las industrias. Pero al extender a las industrias de menor progreso los mayores salarios provocados por la gran productividad de las industrias avanzadas, las primeras pierden su posición favorable para competir con industrias extranjeras, que pagan menores salarios.
Es en estas nuevas condiciones de hecho de la economía internacional donde ha comenzado a desenvolverse el proceso de industrialización de América Latina. El prob1ema fundamental está en adaptarse a esas condiciones -en la medida en que no puedan transformarse- procurando encontrar nuevas reglas, concordantes con la nueva realidad.
el margen de ahorro depende del aumento de la productividad del trabajo. Si en algunos países de América Latina ha podido alcanzarse un grado de productividad tan satisfactorio que, mediante una política juiciosa, permitiría reducir a proporciones moderadas la necesidad de capital extranjero, para suplir la deficiencia del ahorro nacional, en la mayor parte de ellos se reconoce que el concurso de ese capital es indispensable.
En efecto, la productividad es en estos países muy baja, porque falta capital; y falta capital por ser muy estrecho el margen de ahorro, a causa de esa baja productividad. Para romper este círculo vicioso, sin deprimir exageradamente el consumo presente de las masas, por lo general muy bajo, se requiere el concurso transitorio del capital extranjero. Si su aplicación es eficaz, el incremento de productividad, con el andar del tiempo, permitirá desarrollar el propio ahorro y substituir con él al capital extranjero, en las nuevas inversiones exigidas por las innovaciones técnicas y el crecimiento de la población.
Pero la escasez típica de ahorro, en gran parte de América Latina, no sólo proviene de aquel estrecho margen, sino también de su impropia utilización, en casos muy frecuentes. El ahorro significa dejar de consumir, y, por tanto, es incompatible con ciertas formas peculiares de consumo en grupos con ingresos relativamente altos. Es el aumento de la productividad lo que ha permitido a Estados Unidos y en menor grado a otros países industriales disminuir la jornada de trabajo, aumentar los ingresos reales de las masas y su nivel de vida, y acrecentar, en grado considerable, los gastos públicos. Todo esto, sin perjuicio de una ingente acumulación de capital.
Todas éstas son consideraciones generales que no podrían, por su mismo carácter, responder a casos particulares. Que tal o cual país se empeñe en implantar estas industrias de bienes duraderos en la fase inicial de su desarrollo industrial podría obedecer a razones especiales que habría que analizar cuidadosamente.
Es obvio que el crecimiento económico de la América Latina depende del incremento del ingreso medio por habitante, que es muy bajo en la mayor parte de estos países, y del aumento de la población. El incremento del ingreso medio por habitante sólo podrá conseguirse de dos modos. Primero, por el aumento de la productividad, y segundo, dada una determinada productividad, por el aumento del ingreso por hombre, en la producción primaria, con respecto a los ingresos de los países industriales que importan parte de esa producción. Este reajuste según se ha explicado tiende a corregir la disparidad de ingresos, provocada por la forma en que se distribuye el fruto del progreso técnico entre los centros y la periferia. (Caribe, 1993, p. 7)
para lograr este aumento de productividad, es necesario aumentar sensiblemente el capital por hombre y adquirir la técnica de su empleo eficaz. Esta necesidad es progresiva. En efecto, al aumentar en general los salarios, por la mayor productividad de la industria, se extiende gradualmente el alza a otras actividades, obligándolas a emplear mayor capital por hombre, a fin de conseguir el incremento de productividad, sin el cual no podrían pagar salarios más altos. Se irá imponiendo así, en América Latina, la mecanización de muchas actividades en que hoy resulta más provechoso el trabajo directo, por ser más barato, como se irá imponiendo la mecanización de la economía doméstica.
No debe, pues, olvidarse que, cuanto mayores sean las exportaciones de la América Latina, tanto más intenso podrá ser el ritmo de su desarrollo económico. Pero tampoco se debe descartar la eventualidad de que un posible recrudecimiento de la política proteccionista en los países compradores, tienda a desplazar las exportaciones latinoamericanas, substituyéndolas por su propia producción. (Mundo, 2014, p. 12)
Sería en extremo lamentable este hecho, pero si los países latinoamericanos no lograran evitarlo, no tendrían otra solución que disminuir el crecimiento de sus importaciones o aun reducirlas en términos absolutos, a fin de ajustarlas a las exportaciones. En tal contingencia, el crecimiento del ingreso real por hombre sería menor de lo que pudo haber sido y hasta se concibe un descenso si se acentuara aquel fenómeno.


2.      Políticas de Estados Unidos para América Latina
Los países latinoamericanos y el Caribe eran importantes en la política exterior de los EE.UU. a últimas décadas del siglo XX debido: a la seguridad militar, a la solidaridad política, y al beneficio económico, definido entonces fundamentalmente en términos de las importaciones norteamericanas de materia primas y productos agrícolas de América Latina y de las inversiones de los Estados Unidos en la región., hay varios países latinoamericanos y caribeños que son importantes para los Estados Unidos, debido a los roles que ellos desempeñan o podrían desempeñar en ayudar a resolver, importantes problemas globales que los EE. UU. no pueden manejar exitosamente por si solos, y para lo cual, la cooperación estrecha y sostenida por parte de socios regionales, es deseable o fundamental. Estos problemas incluyen el cambio climático y otras cuestiones ambientales; salud pública, narcóticos, crimen organizado y pandillas juveniles, seguridad alimenticia, protección del ciberespacio, reforma del comercio internacional y de los regímenes financieros; poner freno a la proliferación nuclear, lucha contra los movimientos terroristas internacionales.
El marco sugiere porqué administrar la relación con Brasil es una creciente prioridad en la política exterior norteamericana. Brasil es un importante escenario para las inversiones estadounidenses, del mismo modo que un substancial, y potencialmente más importante mercado de bienes y servicios, así como una fuente de energía potencialmente importante; y, especialmente, por la actual y en un futuro mayor significación de Brasil como actor global en el enfrentamiento con importantes desafíos que van del cambio climático a la proliferación nuclear, del comercio a la energía, del mantenimiento internacional de la paz a la gobernanza mundial. (Perez, 2015, p. 3)
La presencia comercial y de inversiones de China en las Américas es hoy en día, muy superior a la de la Unión Soviética o Alemania en períodos anteriores, pero la política norteamericana no está particularmente preocupada por esta presencia china. La presencia rusa en las Américas, en parte comercial, pero también política y militar, tiene más que ver con los intentos por parte de Rusia de dejar establecido que quiere ser tomada en cuenta en los escenarios internacionales. Los esfuerzos iraníes por estrechar relaciones con Venezuela, Brasil; Bolivia, Argentina y potencialmente otros países, es la única preocupación significativa actual extra hemisférica de la política norteamericana, fundamentalmente porque Irán y los EE.UU. aparentan estar en un claro curso de colisión.
Damasco (2018) menicona que:
Durante los dos últimos siglos, Estados Unidos ha implementado hacia América Latina políticas agresiva e injerencistas mediante la aplicación de mecanismos ideológicos, políticos y económicos, el mito fundacional de Estados Unidos expresado en el "Destino Manifiesto" ha sido el instrumento justificador para imponer su propia historia y expandir sus fronteras territoriales en el continente latinoamericano y en el resto del mundo, nuevos elementos en el mapa regional han permitido contrarrestar el dominio histórico de EE.UU. y poner en discusión el modelo de vida del neoliberalismo, una cultura que rinde apología al consumo, al unilateralismo y a la muerte. (p.5)

2.1.La política del Gran Garrote
 El Gran Garrote o The Big Stick buscó construir y consolidar la hegemonía estadounidense en la región latinoamericana para monopolizar su control en las nuevas zonas de inversión, el mercado de materias primas y de mano de obra para el desarrollo de la economía emergente, en este contexto, EE.UU. utilizó la fuerza militar como mecanismo de dominación. Ocupó militarmente y colonizó posteriormente la República Dominicana, Cuba y Haití. Luego, dio apoyo al proceso separatista de Panamá de Colombia para construir y adquirir los derechos del canal de Panamá.

2.2.Durante la Guerra Fría
Este período estuvo marcado por la división del mundo en dos grandes bloques. Por un lado, el estadounidense, y por el otro, el bloque soviético. Lo que fundamenta esta segunda fase de intervención de EE.UU. en América Latina es la "lucha" contra el comunismo y contra los países aliados de la URSS, durante décadas EE.UU. perpetró golpes de estados a los gobiernos de la región mediante agentes de inteligencia y proyectos de intervención. Además, experimentó con la economía regional a través de la aplicación de recetas neoliberales impuestas por gobiernos de derecha, para entonces, EE.UU ya se erigía como una gran potencia mundial. Europa dejaba de ser el bloque dominante y EE.UU. se hacía con la hegemonía hemisférica. 

2.3.La era de la globalización
Después de finalizada la Guerra Fría, las relaciones diplomáticas de EE.UU. hacia la región se modificaron. Producto de la gran crisis económica atravesada en la región durante la década de los 80, el sistema financiero internacional dirigido por EE.UU. intervino a través de recetas más sutiles, el "Consenso de Washington" fue la aplicación de una serie de medidas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) para promover crecimiento económico con la participación de la banca privada en detrimento de las políticas sociales. Países de la región se declararon en bancarrota. Argentina, Venezuela, Brasil y México se proclamaron incapaces de cancelar el millonario endeudamiento con las transnacionales. El siglo XXI marcó el inicio de una nueva era en la región. La emergencia de nuevos liderazgos progresistas en Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador, sumado a la aparición de nuevos mercados en las últimas décadas como lo son Irán, China y Rusia, y a la alta politización de las sociedades latinoamericanas han permitido un viraje en las relaciones con el gigante norteamericano. (Molina, 2014, p. 18)


3.      Bases Militares Norteamericanas en Latinoamérica
La presencia militar estadounidense en América Latina es el producto de diversas etapas del expansionismo estadounidense que se han yuxtapuesto hasta lograr una penetración militar, tan intensa como extensa, en la región. Estructura en permanente articulación según los diversos requerimientos y posicionamientos doctrinales de Washington.
Durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX América Latina pasó de la dominación británica (aunque también francesa y española) a la estadounidense. La expansión norteamericana, en ese periodo, se caracterizó por una fuerte intervención militar directa en muchas regiones del continente. Las intervenciones militares estadounidenses se orientaron o bien a la anexión de territorio o bien a la disputa por áreas de influencia con otras potencias coloniales en retirada (la guerra hispano-estadounidense tal vez sea el caso más paradigmático). (Damasco, 2017, p. 3)
Durante la primera mitad del siglo XX, y al ritmo de su emergencia como potencia, se produce una expansión más acelerada. Durante este periodo se reprimieron rebeliones y se sofocaros revoluciones liberales (la Nicaragua de Sandino es un claro ejemplo). A su vez se reorganizó el mapa estatal moldeándolo de acuerdo a sus necesidades políticas y económicas. Tal es el caso de la ocupación de Panamá en 1903 a fin de construir y dominar el canal marítimo de homónimo nombre. Quizás el momento culminante de este periodo sea la instauración de la IV Flota del Atlántico Sur en 1943, expresión global estadounidense (cada flota protegía y, en muchos casos aún lo hace, diversas áreas de influencia) y muestra de la capacidad de proyección militar que tuvo en el continente. si la primera centuria de nacimiento, auge y consolidación de la dominación estadounidense estuvo marcada por intervenciones militares directas, las etapas posteriores estarán signadas por intervenciones indirectas.
La noción de intervención directa o indirecta es una distinción analítica que no refiere a un proceso formal o jurídico. El carácter directo o indirecto no refiere únicamente a la naturaleza de las fuerzas que se utilizan sino también a la escala de la misma. La financiación durante los 60 y 70 de los contras es un ejemplo de injerencia indirecta; de igual manera la invasión de Bahía de los Cochinos se realizó a partir del entrenamiento y financiación de cubanos exiliados. No existe una clara línea de delimitación entre una intervención directa y una indirecta, pero implica todo un reordenamiento de las relaciones sociales en disputa y de las relaciones inter estatales. Así, el conflicto de Vietnam, por ejemplo, pasó de ser una intervención indirecta por parte de EE.UU. pertrechando a las fuerzas de Vietnam del Sur y abasteciéndolas de entrenamiento militar, hasta convertirse en un conflicto directo al aumentar el envío de tropas y sostener por ellos mismo el conflicto. Este tipo de acción fue típica del periodo de la Guerra Fría en que ambos bloques de poder (Estados Unidos y el bloque soviético) financiaban conflictos regionales otorgándoles un cariz global. (Damasco, 2017, p. 13)
Tras la Segunda Guerra Mundial y con la configuración de un mundo bipolar, los conflictos en América Latina se articularon bajo su lógica. Si hasta ahora las intervenciones estadounidenses se realizaban de manera directa durante los años 50, 60 y 70 se realizarán de manera indirecta. En ningún caso Estados Unidos utilizará los componentes militares en bases extranjeras de manera directa para sofocar rebeliones; incluso durante la Revolución Cubana el uso de las fuerzas apostadas en la isla será utilizadas únicamente para entrenar, financiar y abastecer a los grupos contrarrevolucionarios. La financiación a través de la CIA de grupos para estatales y el entrenamiento ideológico y militar de cuadros castrenses serán marcas de la época en el combate de las guerrillas comunistas y los gobiernos de características antiimperialistas que desestabilizaban la región según los parámetros de la gran potencia del norte. El alcance y expansión de movimientos revolucionarios en Latinoamérica hizo que, por primera vez, Norteamérica realizara una medida de carácter continental a fin de contrarrestarlos. La Alianza para el Progreso1 (1961-1970) pretendió contrarrestar, a través de un desarrollo económico limitado e impulsado por EE.UU, los diversos movimientos comunistas que estallaban en la región. En este sentido el intervencionismo estadounidense durante este periodo se focalizó en mantener su dominio ante la irrupción de diversos movimientos comunistas o antiimperialistas. Ya sea financiando, entrenando o pertrechando a personal militar y paramilitar en lo que se dominó proinsurgencia (Klare & Kornbluh, 1990) cuando carecieron del aparato estatal. Ya sea diagramando, financiando y entrenando lo que posteriormente se denominará terrorismo de Estado. Es necesario remarcar que durante este periodo las bases y asentamientos militares estadounidenses no fueron objeto de ataques efectivos que dañaron su estructura. Ni siquiera la Revolución Cubana pudo erradicar la base estadounidense de Guantánamo afincada en la isla desde principios de siglo.
Si exceptuamos la invasión de Granada en 1983 cuando la isla se declara socialista y la invasión de Haití en 1994, no hubo en el continente americano intervenciones directas en todo el periodo posterior a 1945 hasta el presente. Esto se debió en gran parte a la misma existencia de las bases que fueron y son un elemento disuasivo por sí mismo aparte de ser una especie de embajadas extraoficiales y centros de adoctrinamiento.
Tras la caída del bloque soviético, que implicó el fin del mundo bipolar, Estados Unidos se erigió como hiperpotencia (Méndez, 2011). En América Latina se encontraba bastante afianzada su estructura militar. Durante este periodo en lo político y económico se potenció el proceso de liberalización económica en algunas regiones; por ejemplo, en 1993 se creó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por su acrónimo en inglés) y desde el 2003 se constituyó el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos de América (TLC). (HispanTV, 2012, p. 8)
En el plano militar, las fuerzas se enfocaron rápidamente en la “guerra” contra el Narcotráfico dando un nuevo ímpetu a la estructura militar en la región. Es interesante observar cómo algunos sujetos bélicos de larga trayectoria han sido recategorizados una y otra vez de acuerdo a las concepciones del momento. Las FARCs han pasado de ser denominada como un movimiento subversivo a ser designada como un grupo terrorista sin olvidarse de señalarlas como asociación narcotraficante según corresponda. El traslado de una denominación a otra se produce a la ligera y sin mucha meditación.
Los EE.UU. habían dejado a criterio político del presidente colombiano lo relacionado con la clasificación de las FARC y su conexión con las drogas. Después de todo la misma agencia antinarcóticos estadounidense (DEA) había sido siempre muy lenta para aceptar públicamente la idea de que las FARC era una organización narcotraficante. Sin embargo, a partir del 11 de septiembre, cuando el terrorismo desplazó al narcotráfico como el enemigo número uno de los EE.UU., había sido demasiado que los EE.UU. ignoraran el carácter terrorista de estas organizaciones y que los colombianos le pidieran a los EE.UU. hacerlo. (Demarest, 2002)
Hacia fines de los noventa y bajo la administración de Clinton se ideó el Plan Colombia que dio un nuevo puntapié al ánimo intervencionista estadounidense. Con la intención de desarticular la producción de drogas en la región se articuló una campaña de fumigación de cultivos y persecución de narcotraficantes (incluidas las FARC). Se destinó inicialmente un presupuesto $ 4.500 millones de dólares para tal fin y para realizar tareas de desarrollo económico. Durante la administración de Bush se amplió el programa (a Ecuador y Panamá) y se lo denominó Iniciativa Andina contra las drogas con un presupuesto inicial de $ 676.000.000 millones de dólares. Según muchos analistas ambos planes no solo no produjeron una merma en la producción y distribución de drogas (mientras que la de coca tal vez haya bajado, la de opio y marihuana aumentó con seguridad) produjo una desarticulación económica al atacar al eslabón más débil del proceso, los campesinos; amén de las consecuencias ecológicas del rocío de glifosato.
Desde mediados de los años noventa Estados Unidos diseñó un plan regional político económico para la integración y liberalización de las economías dependientes bajo su influencia. Denominado Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) este plan estuvo en el centro de las preocupaciones estadounidenses para la región. Durante el 2004, la IV Cumbre de las Américas fue un momento decisivo ya que el ALCA como proyecto hegemónico estadounidense es desechado por la totalidad de los participantes en la cumbre. Paralelamente a ello se fue formando la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) hasta quedar formalmente constituida en 2008 e integrada en la actualidad por Venezuela, Uruguay, Argentina, Surinam, Perú, Paraguay, República Cooperativa de Guyana, Ecuador, Colombia, Chile, Brasil y Bolivia. En su breve historia el UNASUR, especialmente su Consejo Sudamericano de Defensa (CSD), fue vehículo para cuestionar la presencia militar estadounidense en la región.
El momento de mayor tensión se produjo en la III Cumbre del UNASUR del 2009 en Bariloche, Argentina, donde principalmente se cuestionó la legitimidad y función de las bases militares en Colombia y el lugar del golpe de estado en Honduras. Respecto a las bases es particularmente interesante el momento en que sucede el debate, para esa fecha ya estaba estipulada la salida de Estados Unidos de la base Manta en Ecuador (formalizada en septiembre de ese año); en reacción a esa salida y con intención de “suplir las funciones que venía cumpliendo la base militar en Manta” (Telma, 2012) se anuncia la creación de 7 nuevas bases en territorio colombiano. Supliendo y superando la pérdida de la base de Manta en Ecuador.
Brasil y Venezuela principalmente fueron quienes reaccionaron con mayor ímpetu ante dicha presencia, mientras que Uribe (fiel defensor de los intereses estadounidenses) justificó su existencia para combatir a las drogas y a las FARC. En términos concretos, y pese a los aireados debates, la cumbre del UNASUR no torció el crecimiento militar estadounidense en la región ni hubo acuerdos respecto al golpe militar en Honduras. Pero, de todas formas, sedimentó un delineamiento regional claro de los peligros que representa la presencia militar estadounidense en la región. Pese a que son fenómenos que se han producido recientemente, por lo cual es difícil evaluarlos o proyectarlos en el futuro, creemos que delimitan el trazado de ciertas tendencias de acción estatal en curso que ocuparán el centro de los debates interestatales en el futuro.
En la misma época se reactivó, después de más de 50 años, la IV Flota de los Estados Unidos para el patrullaje de América en julio de 2008. Es necesario señalar que la reactivación de la IV flota se da en un momento de fuerte crítica a las bases militares en la región; de hecho, fue uno de los catalizadores para la creación del Consejo Sudamericano de Defensa del UNASUR. A su vez, la IV flota se despliega casi paralelamente a la presentación de la doctrina de defensa brasileña y el anuncio del descubrimiento de pozos petroleros en su territorio.

Conclusiones:
En base a la investigaciòn realizada se concluye que Amèrica Latina y el Caribe a lo largo de los años se a desarrollado de manera sostenible basando sus economìas en la producciòn y el turismo
Se concluye que las bases militares de Estados Unidos en territorio Americano sirve para combatir con el narcotràfico que tanto mal hace a las comunidades latinoamèricanas y del Caribe
Hemos llegado a la conclusión de que en Latinoamérica existen paìses con un desarrollo realmente significativo y paìses que han sufrido crisis econòmica y social, tal es el ejemplo de Chile como referencia de crecimiento econòmica y Venezuela como referencia de crisis econòmica
Hemos determinado que en Latinoamèrica y el Caribe la breca econòmica que mas predomina es la del Sistema Centro Izquierdista, que apoya la igualdad social y de igual manera enfoca sus ideales en la productividad, sin embargo hay paìses que tienen una breca definida como socialista y hasta comunista.

Referencias Bibliogràficas:
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