PODER POLÍTICO Y ORGANIZACIÓN
SOCIAL
Cuando
una comunidad comparten intereses, valores y formas de actuar, que le permiten
responder a los desafíos del entorno social y cultural en el que se desempeña,
hablamos de una sociedad organizada. Las relaciones humanas pueden ser
explicadas desde el estudio de los procesos históricos, los fenómenos sociales
y sus orígenes, en los que el ser humano tiene la capacidad de colaborar en el
mantenimiento de las relaciones sociales.
Para
interpretar la complejidad de la organización social y política de los pueblos
originarios es necesario observar algunas evidencias de su cultura material,
como la iconografía y los sistemas constructivos, especialmente en aquellos que
no tenían escritura. Las imágenes plasmadas en objetos materiales son una forma
de comunicación. Por ejemplo, las figuras moldeadas en cerámica, metal y hueso
transmiten mensajes sobre las formas de relacionarse de una sociedad.
A
partir de la conquista española, el sistema de dominación y organización social
se impuso desde el poder monárquico, influenciado por la Iglesia. Este sistema,
apropiado y resignificado por élites terratenientes locales, se tradujo en una
forma de control que también puede ser interpretado desde el concepto de “poder
pastoral”.
Luego
de los procesos independentistas en América Latina, los sistemas de
organización social y poder político se enfocaron en el mantenimiento del
equilibrio social, a través de la institucionalidad del Estado. Conceptos como
ciudadanía, democracia, pueblo, derechos, entre otros, fundamentaron el nacimiento
de diversas corrientes políticas e ideológicas que marcaron los límites y las
libertades del poder.
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